El método justo a tiempo (traducción del ingles Just in Time) es un sistema de
organización de la producción para las fabricas,
de origen japones.
También conocido como método Toyota
o JIT, permite aumentar la
productividad. Permite reducir el costo de la gestion y por pérdidas en almacenes debido a acciones innecesarias. De esta forma, no se
produce bajo suposiciones, sino sobre pedidos reales. Una definición del
objetivo sería «producir los elementos
que se necesitan, en las cantidades que se necesitan, en el momento en que se
necesitan».
La producción JIT
es simultáneamente una filosofía y un sistema integrado de gestión de la
producción, que evolucionó lentamente a través de un proceso de prueba y error
a lo largo de un período de más de quince años. En las fábricas japonesas se
estableció un ambiente adecuado para esta evolución desde el momento en que dio
a sus empleados la orden de que “eliminaran
el desperdicio”. El desperdicio puede definirse como "cualquier cosa distinta de la cantidad
mínima de equipamiento, materiales, partes, espacio y tiempo, que sea
absolutamente esencial para añadir valor al producto" (Suzaki,
1985).
Para el
desarrollo del JIT no hubo ningún plan maestro ni ningún borrador. Taiichi Ohno,
su creador, describe el desarrollo del JIT del siguiente modo: "Al intentar aplicarlo, se pusieron de
manifiesto una serie de problemas. A medida que estos se aclaraban, me
indicaban la dirección del siguiente movimiento. Creo que sólo mirando hacia
atrás, somos capaces de entender cómo finalmente las piezas terminaron
encajando".
Los
sistemas JIT han tenido un auge sin precedentes durante las últimas décadas.
Así, después del éxito de las compañías japonesas durante los años que siguieron
a la crisis de los setenta, investigadores y empresas de todo el mundo
centraron su atención en una forma de producción que, hasta ese momento, se
había considerado vinculada con las tradiciones tanto culturales como sociales
de Japón y, por tanto, muy difícil de implantar en industrias no japonesas. Sin
embargo más tarde quedó demostrado que, si bien la puesta en práctica de los
principios y técnicas que sostenían los sistemas de producción JIT requerían un
profundo cambio en la filosofía de producción, no tenían como requisito
imprescindible una forma de sociedad específica. Tras ser adoptado formalmente
por numerosas plantas japonesas en los años 70, el sistema JIT comenzó a ser
implantado en Estados Unidos en los años 80. En el caso de España, algunas de
las experiencias iniciales de implantación de técnicas de producción JIT
mostraron la viabilidad de estos enfoques en ese país.
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